Gracias por tanto, Helena

Gracias por 
tanto, Helena
Mi mamá tenía razón. Es el ciclo de la vida. Nacer,crecer y morir. Así de claro explicaba ayer Lúa con 10 años cuándo Mariola y Carolina se abrazaban a ella intentando explicar lo inexplicable en apenas unas semanas. Porque es imposible entender lo que pasa. No hay forma de aceptarlo. Por la dureza, por el contexto y por lo fulminante y rápido que ha sucedido todo.
Fue hace unos viernes cuándo un dolor de cabeza puso la alerta. En dos días fuiste a urgencias del hospital del Salnes. Y allí empezó la pesadilla y una nube negra. El peso de la realidad hizo perder toda lógica. Fue un golpe tras otro. Una puñalada mortal. Lograste venir a tu casa unos días para abrazar con toda tu fuerza a Lúa y Lois. Arroparte con Ricardo y dejar que un minúsculo grupo de amigos,de esos innumerables que dejas atrás, pudieran disfrutar de un ratito más contigo..
Helena Mariño. Un ejemplo de lucha en la vida. De sobreponerse a la realidad, a la dureza y crueldad que muchas veces nos depara el día a día. La vida. Esa que te arrancó sin aviso, sin bocina, sin tiempo extra. Con un cuchillo a degüello sin darte una mínima oportunidad para seguir adelante.
Pero nadie podrá olvidar. Los más cercanos y los que por pura lógica de la vida podían estar algo alejados en estos momentos. Helena, siempre llenabas el espacio donde estás. Desde niña. Desde tus comienzos en el Liceo. Desde tu llegada a los pabellones cargando con tu madre en una lucha infernal contra una enfermedad degenerativa. Así siempre te recordaremos. Una valiente. Una de frente.
Gracias por tanto. Por tu lealtad. Por ser una amiga de verdad. Por esas discusiones interminables léase de deporte, política o Galicia. Gracias por esos galimatías que resolvimos tantas veces para cuadrar horarios, pistas, árbitros, viandas o vestuarios. Gracias por ser tan grande. Nos dejas a un ladito. Nos vigilarás desde una cancha diferente. Pero seguirás dando tu punto de vista. Tu visión. Con esa sonrisa y chorro de voz que son tu sello por siempre.
Tenemos dos familias. La genética y la que forma la vida, las circunstancias y el cariño diario. Sin duda eres FAMILIA. Aquí estamos. Unidos llorando tu marcha y viendo como la casa se llena de amor, de ejemplo de niños y adolescentes cuidándose mutuamente para sentir cerca tu protección. Quédate tranquila, Ricardo, Lúa y Lois son familia. Gracias por todo. Te queremos para siempre. Que la tierra te sea leve.

Gracias por tanto, Helena

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