RAQUEL ROCHA EN ARTE IMAGEN

La galería Arte Imagen ofrece la muestra “Enrolados” de la portuguesa Raquel Rocha (Oporto, 1976), un título que tiene un doble significado: por un lado, hace referencia a un modo de libro o continente que es el papiro o papel enrollado y, por otro, alude al entrelazamiento continuo de cuerpos y de seres, en una danza inacabable; esto, traducido al castellano castizo, sería estar enrollados en el sentido erótico.
Y eróticos, aunque muy bien disfrazados en un grafismo sui generis, son los dibujos de esta pintora, en los que repite obsesivamente y ad infinitum formas que recuerdan letras de raros alfabetos compuestos con trazos picudos y estilizados y que al unirse componen una escritura de gran impacto visual, en tres colores exclusivos: el blanco, el rojo y el negro. Sólo al observar muy de cerca la obra se descubre que no son letras, sino figuras humanas reducidas a esquemas, a signos emblemáticos: miles de criaturas que se buscan y se enredan y entretejen hasta crear una malla espesa sin solución de continuidad.
Son –dice la psicóloga portuguesa Inés Álvarez– “lágrimas excavando ríos/ cuerpos danzantes que se elevan/ del vacío, que se aman y se olvidan/ de vuelta al vacío…”. Realmente salen de la nada como hilos de tinta china y se esparcen y ondulan y quiebran en meandros de río, sobre  el blanco impoluto del papel, dejando márgenes silenciosamente blancos y huecos blancos entre las negras y rojas líneas de la tinta. Lo que sucede ahí es el ansia desatada, la confesión del alma que busca incansable y a la que Raquel Rocha hace hablar en poemas, en cartas, en confesiones apasionadas que acompañan el inacabable tango de piernas y brazos entrelazados de sus criaturas. El rojo y el negro, la sangre y sus pulsiones, la  negación del olvido, el fuego y la ceniza, el amor y al muerte: colores simbólicos que ya había usado el gran escritor francés Stendhal para su obra “Le rouge et el noir”.
En estas tintas, probablemente, se escribe toda la vida amorosa de la autora, que podría resumirse en la leyenda “Nâo ha amor sem dor…”, que encabeza el cuadro “Expresiones de una mujer”; abunda en ello también la serie “Pedazos de una confesión” ( Pedaços de uma confissâo), un conjunto de obras compuestas a modo de círculos mandálicos, en cuyo centro se agita y contorsiona alguna de sus figuras, mientras reza que está “cinguida a este amor mudo…”. De amor habla también la serie “Find love” y “Desfolhada” recuerda los amasijos de mieses o de gramíneas apilados. En suma, cuerpos naturaleza, cuerpos-escritura, en el dinamismo imparable de existir.

RAQUEL ROCHA EN ARTE IMAGEN

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