Abascal elimina de Vox las peligrosas primarias

SANTIAGO Abascal no pasaría por la reencarnación del compositor de La Marsellesa. No porque Claude Joseph Rouget de Lisle, que así se llamaba, fuese capitán del Ejército, sino porque el himno francés suena demasiado democrático. De hecho, el líder de Vox se ha cargado las primarias para elegir a los candidatos. Eso sí que suena raro; el término primario sí que parece más ajustado a los postulados del partido. La dirección nacional será la que controle por completo la composición de las listas. Abascal, que seguro que es hombre de vista privilegiada, escrutará al milímetro a los aspirantes a figurar en las papeletas. Habrá que valorar, por tanto, su trabajo, sobre todo en lugares como Galicia, donde puede que sumando los militantes de las cuatro provincias no cuente con personas suficientes para completar ni siquiera la lista de una sola de ellas.

Abascal elimina de Vox las peligrosas primarias

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