ada Colau, el último capricho de la burguesía catalana, es un ser poliédrico con tantas caras que es imposible descubrirlas todas: activista antidesahucios, alcaldesa, mecenas de okupas, separatista, paracaidista electoral, emisora de moneda, rebautizadora de calles, promotora del Ejército de la República de Catalunya, sectaria con las víctimas del terrorismo... y ahora también promotora inmobiliaria. Pero no un edificio cualquiera, sino de un edificio religioso; no, una catedral; una iglesia, tampoco; ni siquiera una capilla, sino una mezquita. La alcaldesa ha decidido que el Ayuntamiento destine algo más de 130.000 euros a la construcción de una mezquita en el barrio de Sants –¡vaya ironía el nombre!–. Los vecinos han protestado, pero ella sabe que Alá es grande y ha decidido seguir adelante. El día que la pongan a bailar el baile de los siete velos...