El alcalde quedó para el arrastre

Mike Tyson llenaba el Madison Square Garden y el público enloquecía con los puñetazos que le arreaba a sus rivales. No solían ser muchos, pero sí demoledores, pues en unos pocos minutos los tumbaba en la lona. La conselleira de Infaestruturas, Ethel Vázquez, no tiene pinta de boxeadora, pero ayer malló cuanto quiso en Xulio Ferreiro, el Varoufakis de A Gaiteira. Fueron golpes de palabra, ¡eh!, no se le ocurrió levantarle la mano, pero al alcalde no le quedó otra que levantar no una sino la dos rindiéndose. Y todo por la estación intermodal. El regidor lleva unos días jurando y perjurando que la Marea, nasía pa’ganá, no es culpable de los retrasos en el proyecto. Nada nuevo, pues la xente do común jamás asume la responsabilidad por un estropicio, pero esta vez se le estaba yendo demasiado la creatividad. Señalaba a la Xunta con unos argumentos que eran pura fabulación y la conselleira se los rebatió todos. Debió sentirse como uno de los funcionarios que cargan con todos los desastres mareantes.

El alcalde quedó para el arrastre

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