Que el deportivismo está en las buenas pero sobre todo en las malas es algo que se encargan de demostrar los aficionados cada semana. Incluso los que tienen un nombre y una carrera en el mundo del fútbol a miles de kilómetros de A Coruña. A Angeliño, el futbolista de Coristanco que triunfa en el Leipzig, le preguntan por el premio que sería jugar con la selección y él responde que su sueño es vestir de blanquiazul. Eso es amor a los colores. A ver si en unos años el equipo vuelve a la categoría que le corresponde y Angeliño puede hacer realidad la ilusión que tiene desde niño. FOTO: angeliño | efe