La cambiante opinión de la comunista Solla

La cambiante opinión de la comunista Solla

YOLANDA “la Yoli” Díaz formaba una agarimosa pareja de hecho –de hecho político, ¡eh!– con el ya octogenario Beiras –entonces aún no lo era– que cerraba todas sus comparecencias con un bico. Ella decidió romper la relación con el nacionalista del pelo crecho, porque quería conocer mundo y se marchó a Madrid, donde encontró acomodo en el Congreso. La recuperación de la soltería y el exilio en la capital del reino llevaron consigo la apertura del testamento, en el que legó a Eva Solla o fouciño e o martelo dourados que corresponden a la matriarca de los comunistas enxebres. ¡Vaya por Dios!, ¡menuda heredera!, no hay quién la entienda. A mitad de semana cuestionó el papel del exjuez y virtuoso de la gaita y la zanfoña Luís Villares como portavoz de En Marea, originariamente un espacio multicultural hispano-galaico y ahora sabe Dios qué, pero cuando llegó el finde le dio por jurar y perjurar que no estaba sobre la mesa la idea de arrebatarle la condición de voceiro. A lo mejor en los próximos días le toca serlo solo a media jornada. FOTO: eva solla | aec

La cambiante opinión de la comunista Solla

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