El caso de los ERE le puede salir por un pico a José Antonio Griñán


LA calculadora fue en su momento un instrumento maravilloso; escaso, pero maravilloso, ya que servía para ahorrarse la vergüenza de contar en público por los dedos. Con el paso del tiempo fue perdiendo ese encanto y hoy en día ya es un objeto tan insulso como un sartén. La culpa es de socialización, pues hay calculadora en el móvil, en el ordenador... Pero disponer de ella con tanta facilidad permite hacer operaciones por cualquier tontería; por ejemplo para saber cuánto dinero tiene que devolver a Hacienda José Antonio Griñán; 42,1 millones de euros. Por los dedos sería imposible calcularlo.

El caso de los ERE le puede salir por un pico a José Antonio Griñán

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