Una celebración por todo lo alto

La celebración del 4 de julio en Washington sirvió para dos cosas. La primera, comprobar que a la primera dama no le gusta llevar sujetador y, la segunda, que cuando los americanos hacen algo, lo hacen a lo grande. Y tan grandes fueron los actos que la ciudad se ha quedado en la bancarrota. Por ello, la alcaldesa de la capital le reclama a Donald Trump que se haga cargo del coste de la seguridad, que rondó los dos millones de euros, y eso sin tener en cuenta los gastos policiales extra. Por el momento no se sabe nada de la respuesta del presidente norteamericano, aunque hay quien asegura que Trump no es muy amigo de abrir la cartera, sobre todo la suya.

Una celebración por todo lo alto

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