A la ciencia le viene muy bien el silencio

No todo van a ser malas noticias a cuenta del coronavirus y la reclusión a la que están sometiendo a medio planeta. Hay un colectivo que está encantado con esto del confinamiento. Se trata de los geólogos, que gracias a que los países están funcionando a medio gas, están pudiendo controlar fenómenos que antes, por las vibraciones que generaba el transporte, no podían registrar. Se trata de los eventos sísmicos más pequeños. Intranscendentes para la mayor parte de la humanidad, pero que resultan clave para los profesionales a la hora de comprender la mecánica del movimiento tectónico y el desplazamiento de los continentes. A lo peor hay que hacer esto un par de días al año por el bien de la ciencia.

A la ciencia le viene muy bien el silencio

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