La conversión de Aznar que no fue tal

más de uno estuvo ayer al borde del infarto. Los esquemas mentales de media España saltaron por los aires cuando se conoció la noticia de que Aznar, el de verdad, José María, el expresidente del bigote imposible, le había dicho a Pablo Casado, su pupilo aventajado, que confrontara con el Gobierno como si no existiera Vox. De golpe parecía que Aznar había visto la luz, se había caído del caballo y abrazado sin ambages los principios de moderación y centrismo tan defendidos por Alberto Núñez Feijóo, hasta entonces, un nacionalista gallego peligroso para la camarilla del expresidente. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Solo hubo que esperar a que José María Aznar terminara su frase para darse cuenta de que todo fue un espejismo: “y confrontar a Vox como si no existiera el Gobierno”. Nada, que el exlíder del PP sigue en sus trece de leña al mono...

La conversión de Aznar que no fue tal

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