Unas “cosas de mujeres” que son arrepiantes

EL heteropatriarcado machista que tanto noxo da a los políticamente correctos lo controla todo, incluso el lenguaje, hasta el punto de que se considera normal una expresión tan ofensiva como: “cosas de mujeres”. Y más después de todo lo que la están repitiendo los conocedores de los entresijos de la polémica por el master de la coruñesa por consanguinidad –su padre y su abuelo lo eran– Cristina “Supertatoo” Cifuentes. Esos sabihondos aseguran que la presidenta de Madrid es víctima del fuego amigo y que las artilleras son dos mujeres: una que tuvo mando en plaza y que actúa por venganza y otra que aún lo tiene y que no quiere obstáculos en el camino hacia la Moncloa. Los acusadores son prudentes y no les ponen nombre, pero es bien sencillo bautizarlas. ¡Vaya dos! o ¡vaya una! que nunca se sabe.

Unas “cosas de mujeres” que son arrepiantes

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