Cuando el pulpo se convierte en oro

Donald Trump llegó a Europa con cara de pocos amigos. En realidad llegó con la cara que tiene siempre y la que se le ha quedado a su mujer después de que se haya conocido la millonada que el entorno del presidente pagó a alguna prostituta a cambio de su silencio. Pero el rostro de cabreo del mandamás del mundo entero se debía en esta ocasión a lo poquito que se gastan sus aliados europeos en Defensa. Trump pretende que dupliquen los fondos que actualmente dedican a la compra de armas, aunque parece que, ahora mismo, Europa tiene prioridades muy distintas a las de EEUU.

 

Cuando el pulpo se convierte en oro

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