El profesor que no ejercía

cada vez que una noticia como la del profesor de la Costa da Morte que fomentaba entre sus alumnos el consumo de drogas y el sexo salta a la luz, uno se pregunta si en las oposiciones para docente, esas en las que participan decenas de miles de gradudados, además de las pruebas de conocimiento de las materias que tendrán que impartir, no estaría bien que se les sometiera a un duro análisis de su personalidad. En nuestras vidas todos hemos tenido un profe de esos progres que te trataba como un colega y que parecía que comprendía tus problemas mejor que nadie. Y es de agradecer que así fuera. De hecho te hace madurar al ver que es posible que, más allá de la diferencia de edad, alguien sea capaz de echarte una mano. Sin embargo, de eso a llevarte a los chavales a tu casa para que se fumen allí porros y no los vean sus padres dista un mundo. Un mundo que un docente jamás se puede saltar.