De entrenador a abogado defensor

De entrenador a  abogado defensor

SI a Seedorf, en vez de darle por el fútbol, le hubiese dado por las leyes, sería un gran abogado. Desde que llegó a Riazor demostró que tiene piquito y que es persuasivo en la defensa de sus jugadores. No ha dejado de proclamar un solo día que todo iba de maravilla y que era optimista. Sin embargo, con el equipo al borde del descenso sus alegatos han empezado a torcerse y ha utilizado como argumento en descargo de los jugadores que corren una media de 600 metros más por partido. Si fuesen maratonianos o incluso triatletas estaría muy bien, pero son futbolistas y a los futbolistas se le exige algo más que correr. FOTO: seedorf | quintana

De entrenador a abogado defensor

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