Un equipo sin alma que huele a descenso

El Deportivo es ahora mismo un cadáver que va paseando por los diferentes campos de Segunda. Sin alma, ha conseguido cambiar ese dicho de “entrenador nuevo, victoria segura”, por el de “entrenador nuevo, una derrota más”. El pésimo resultado obtenido ayer en Extremadura lo hunde todavía más en el pozo y apunta formas y maneras de descenso, lo que supondría, de facto, la desaparición de un equipo que acumula una Liga, dos Copas del Rey y tres Supercopas. Pasó ya el tiempo de buscar en la unión el revulsivo necesario para salir del hoyo. Llegó ya el momento de comenzar a pedir responsabilidades a unos jugadores que no hacen más que justificar su apatía sobre el terreno de juego, a un cuerpo técnico que no ha logrado cambiar nada, a una directiva que está paralizada y sin reacción y, por supuesto, a una dirección deportiva que ha montado una plantilla sin alma ni fútbol.

Un equipo sin alma que huele a descenso

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