Ferreiro hunde la moral de las tropas que compró en un outlet


ESTABA claro que la culpa iba a acabar siendo del mensajero. Xulio Ferreiro, el Varoufakis de A Gaiteira, se despachó a gusto sobre sus asesores cuando estaba de picnic y después, para que las tropas no se le viniesen abajo, trató de arreglarlo asegurando que sus palabras se habían sacado de contexto. El alcalde reconoció que se había “pasado de frenada” con los recortes y que pagando 32.000 euros del ala al año solo podía contratar a asesores de Tercera División –ahora se entienden muchas cosas–, pero no a los candidatos a Premio Nobel que le gustaría tener como consejeros. Desde luego, que no es lo mismo un Pepito Grillo de mercadillo que uno con copyright de verdad, pero aun así el de pega tiene su corazoncito y es normal que ande llorando por las esquinas. De hecho, menuda riada corría ayer por el palacio municipal. Pero no se quedó ahí el Príncipe de las Mareas. También se lamentó de haberse excedido con los coches oficiales. ¡Qué casualidad!, se acuerda en vísperas de que el Deportivo viaje a Vigo, adonde es de suponer que este año no tendrá la cara de ir en un vehículo de la Policía Local, ¿o sí? Es capaz de preguntarle a un asesor qué le sugiere.

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