Ferrol y los pequeños remiendos


LA falta de presupuestos está originando que las obras pequeñas se demoren más de los debido. Los que circulan por la avenida de Esteiro sufren algún que otro bache que crece con los días. Las mismas oquedades son visibles en otros puntos de la ciudad, por no citar las cuevas asfálticas de la zona rural. Mientras el saneamiento fluye con buen ritmo, los remiendos se hacen esperar entre los vecinos, porque el plan de actuación por barrios es más lento que el trabajo de la erosión diaria. De momento, las farolas siguen alumbrando por la noche en su mayoría, pero la maleza ya comienza a brotar. Habrá que esperar a más quejas para que el concello tome cartas en el asunto.

Ferrol y los pequeños remiendos

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