Un hortera apodado el pequeño Nicolás

LA clase es importante hasta para ser un chorizo. A José Antonio Roca, el cerebro de la corrupción en Marbella, jamás le creería nadie que la canción “Soy un truhán, soy un señor” estuviese inspirada en él por mucho que los jurase y los perjurase. Colgar un cuadro de Miró en el cuarto de baño demuestra que de señor no tenía nada. El pequeño Nicolás no le va a la zaga. Presumir de que abrió una botella de champán francés al enterarse de que había sido condenado al pago de 4.320 euros por calumniar al CNI prueba que es un hortera. Se habrá fotografiado con medio mundo, pero es un auténtico hortera. 

Un hortera apodado el pequeño Nicolás

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