los Ayuntamientos parece que ya han tirado la toalla. Son muchas las ciudades, demasiadas, en las que la concentración de locales de ocio nocturno convierten a determinados barrios en zonas en las que resulta imposible vivir. Esto sucede, por ejemplo, en algunas calles del Orzán coruñés, donde los vecinos llevan años luchando por conseguir su derecho a dormir. Lo peor es que esta pelea la tienen cada día más perdida, ya que los políticos no quieren, no pueden o no saben como atajar este problema y las cortas plantillas policiales impiden establecer un control que garantice los horarios de cierre. FOTO: EN a coruña, además del ruido, los vecinos padecen el vandalismo | aec