Jácome se condena a recorrer Ourense a patas

DESCRIBIR al alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, es complicado; como mínimo hay que definirlo como un tipo peculiar. Los funcionarios del Concello van un poco más allá y temen que se haya pasado con el cóctel de su creación –ron con conguitos–. Independientemente de los calificativos más axeitados a Jácome, está claro que sale a polémica por día. Su plan para vender los coches oficiales y ahorrarse una pasta en desplazamientos ha soliviantado a los socialistas, que se aseguran que de aforro nada de nada y a los taxistas, que le han advertido de que no habrá tarifas especiales como reclama, sino que tendrá que pagar por los servicios los mismos precios que cualquier otro ourensano. Tiene pinta de que va a acabar recorriendo la ciudad a patas.