La hora de dar la cara

El culto al líder es el pilar sobre el que se asienta Podemos. Así que cuando Pablo, antes Pablo Manuel, “Viva la Gente” Iglesias le dijo a Tone Gómez-Reino que se viniera a Galicia, el pijo coruñés que para ocultar su pasado firmó a favor de la liberación del sanguinario De Juana Chaos, salió zumbando. Obedecía o iba volando a o poleiro, así que se plegó solicito al capricho del jefe. La encomienda llevaba también la orden de hacerse con el control de En Marea, originariamente un espacio multicultural hispano-galaico y ahora sabe Dios qué, objetivo en el que fracasó rotundamente. Lo preparó todo con la colaboración de los alcaldiños para destronar al exjuez y virtuoso de la gaita y la zanfoña Luís Villares, pero se estrelló. Ahora, como no se atreve a presentarse ante Iglesias, le ha dado por cacarear que si él fuese Villares renunciaría como voceiro parlamentario. Por suerte para la xente do común él no es el portavoz; solo manda sobre los inscritos en los círculos concéntricos enxebres. No le queda otra que dar la cara en Madrid.

La hora de dar la cara

Te puede interesar