La palabra y la camiseta

A los futbolistas les dio una temporada por llevar debajo de la camiseta de su equipo otra con un mensaje –lo mismo podía ser solidario, que amoroso– que mostraban después de marcar un gol. Los comités de competición dictaron una ley mordaza en la que se castigaba a quien luciese esa segunda prenda y se acabó el cuento. Mónica Oltra, la jefa de Compromís, algo así como Podemos con aroma a paella, se paseó por la Cortes valencianas con decenas de camisetas-pancarta, todas con mensajes políticos en los que denunciaba las prácticas irregulares. Sin embargo, desde que saltó la noticia de que su partido y el PSOE valenciano se habían apuntado también a las irregularidades se la ve siempre vestida con ropa discreta. Ha cambiado el algodón por la saliva y lo dice todo de palabra. Acaba de hacerlo al referirse a las dotes amatorias del feminista Pablo Iglesias: “Considerar una garantía de una buena relación la condición feminista o no de un hombre no es otra cosa que situar al hombre como el único protagonistas de una cosa que es de dos, como mínimo”. ¡Toma Kamasutra!

La palabra y la camiseta

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