Si Gonzalo Caballero quiere consolarse, siempre puede decir que igualó los resultado obtenidos por su formación en los anteriores comicios autonómicos. Pero, en realidad, él y los suyos saben que lo suyo ha sido una derrota en toda regla. Su mensaje, seguidista hasta el sonrojo de las líneas que marcaba Madrid, ha terminado por pasarle factura y no ha sido capaz de hacerse ni con uno de los escaños que las mareas se han dejado por el camino. Es posible que trate de volver a intentarlo dentro de cuatro años y se mantenga en el puesto, pero la travesía en el desierto que tiene ante sí se antoja muy dura. FOTO: Gonzalo caballero | aec