EL municipio ferrolano tiene un problema rural o urbano, según se mire, porque los políticos hablan siempre de la ciudad, olvidándose de la zona rural, esa a la que solo visitan en la temporada estival o los domingos soleados. Los gobiernos han pasado de la zona extraurbana, porque eso no mola y el balance de cortar maleza no es tan chachi como el de poner asfalto. Otros concellos de la comarca también siguen los pasos y algunos hasta hablan de casco urbano y aldeas. Tampoco es de recibo, aunque sea de pagar, que se tarde más de seis meses en formalizar la contratación de los desbroces y la falta de presupuestos a estas alturas ya no es motivo. Después vendrán los fuegos de verano, por aquello de lo que no se cortó en invierno.