De mentira en mentira hasta la trola final

si José Luis Ábalos fuera de madera y su constructor se llamara Gepeto, a estas alturas le faltaría país para poder albergar su descomunal nariz. Y es que el número 3 del PSOE y hombre fuerte de Sánchez (además de ministro de Fomento, que ahora se llama de otra forma, pero es Fomento), no ha parado de faltar a la verdad desde que se supo que mantuvo una reunión con la vicepresidenta de Nicolas Maduro, Delcy Rodríguez. El problema es que España incumplió además la orden de la Comisión Europea que impide a esta mujer pisar suelo de la UE, ya que, gracias a la mediación del Gobierno socialista, anduvo por Barajas como Perico por su casa y recibió trato VIP. “A mí no me echa nadie”, aseguró Ábalos cuando desde la oposición empezaron a pedir su cabeza por el affaire Delcy. En realidad el único que le puede echar es Pedro Sánchez, pero, desde luego, si le quedara algo de dignidad tendría que presentar su renuncia. No se puede mentir tanto y tan mal a los españoles. FOTO: Ábalos. poniendo buena cara al mal tiempo | EFE/Emilio Naranjo