El nordés hace volar otras dos promesas

LOS temporales del invierno tenían la fea costumbre de hacer volar las cubiertas de Riazor. Veremos qué ocurre este año, pues aún no se sabe si para cuando empiece a soplar el viento con fuerza estarán acabadas las obras del estadio. Habrá que confiar en que sí, pero... En cambio, sobre lo que ya existe certeza absoluta es sobre que el nordés de final de verano se lleva la palabra de los mareantes. De lo prometido sobre la Comandancia de Obras, nada de nada; de lo prometido sobre los terrenos portuarios nada. Ni la primera será un centro donde se desarrollen numerosas actividades, ni los coruñeses serán convocados a un referéndum para decidir sobre la fachada marítima. La psicomotriz Claudia Delso, miembro destacado del pelotón de los torpes de la Marea, nasía pa’ganá, –tan solo un concejal está fuera de esa categoría–, fue la encargada de anunciar que otras dos promesas más se quedarían sin cumplirse. Menos mal que el nordés de esta época es una brisilla, que si no igual hasta se llevaba por delante la promesa de que no habrá dimisiones por el escándalo de los pisos. Anda que como a los coruñeses les dé por soplar todos a una...

El nordés hace volar otras dos promesas

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