Un nuevo intento de golpe de Estado en Cataluña

Resultan muy preocupantes las informaciones que apuntan a que los dirigentes de los colectivos independentistas están planeando un boicot total en Cataluña durante la jornada de votación del próximo domingo. En principio se habla de unos 15.000 activistas que intentarán ocupar 300 colegios electorales impidiendo que los ciudadanos puedan ejercer su derecho al voto.

No es sorprendente que los secesionistas pretendan impedir que sus vecinos y conciudadanos ejerzan un derecho. De hecho, llevan años intentando imponer sus ideas a toda la población. Lo hacen con la obligación de la utilización del catalán en la rotulación de los establecimientos y, por supuesto, con el intento de implantación de modo unilateral e ilegal de su república catalana.

En este caso, el objetivo es doble. De un lado, con su acción buscan crear un enorme escándalo internacional y, de paso, que las elecciones se tengan que declarar nulas. Lo primero es la respuesta natural al desprestigio que las imágenes de violencia en las calles ha provocado entre quienes, con anterioridad, veían con simpatía el movimiento independentista. Lo segundo, la declaración de nulidad de los comicios, sería un triunfo añadido.

En el fondo, lo que saben es que las Fuerzas de Seguridad del Estado no pueden consentir que en Cataluña se vuelva a producir un golpe de Estado, en este caso, por la vía de evitar que los ciudadanos ejerzan su derecho al sufragio. Y, de nuevo, buscan convertirse en las “víctimas” de la represión del Estado.

Lo más curioso es que ese golpe a la democracia sería vendido internacionalmente como una protesta en reivindicación de la democracia. Y es que las piruetas ideológicas de las que son capaces los secesionistas no tienen límite.

Un nuevo intento de golpe de Estado en Cataluña

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