La oposición se refuerza desde dentro

SI no existiese Adriana Lastra, la nini intelectual –sus estudios se reducen a unas nociones de antropología– que ocupa la vicesecretaría general del PSOE, Meritxell Batet hubiese sido la persona ideal para ese puesto. Pero como existe la asturiana... De todas formas, no se puede quejar, puesto que es la ministra de Política Territorial y Función Pública. Y la verdad es que se lo curró. Fue una de las quince diputadas que votó “no” a la investidura de Rajoy cuando el partido había dado orden de abstenerse y Pedro “La sonrisa” Sánchez le premió su condición de díscola incorporándola a su Gobierno. Ella, para mostrar su agradecimiento, se ha entregado en cuerpo y alma a la moda del Ejecutivo: hacerse la oposición a sí mismo. La mejor muestra es su apostilla a la amenaza de Torra de abrir las cárceles si la justicia condena a algún político preso. “Hemos entrado en una agenda de normalidad con la Generalitat”, afirmó Batet. ¡Qué normalidad más rara!, ¿no?

La oposición se refuerza desde dentro

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