La patronal evita la quiebra cuando estaba a punto de sonar la campana


EL mandato de Antonio Dieter Moure en la Confederación de Empresarios de Galicia no empezó bien, pero estuvo a punto de acabar peor. La herencia que le dejó José Manuel Fernández Alvariño era una auténtica ruina, tanto que la quiebra de la patronal parecía inevitable. De hecho, el plan de viabilidad que evitó que hubiese que firmar el acta de defunción no se aprobó hasta el último instante, cuando ya había incluso quien había encargado la corona de flores. La bancarrota de la patronal hubiese sido tan dura como que a Maduro le concediesen el Nobel de Economía.

La patronal evita la quiebra cuando estaba a punto de sonar la campana

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