no hay acontecimiento trascendental sin sus negacionistas. Están los que no creen que la Tierra sea redonda, los que no creen que exista el cambio climático y los que no creen que la pandemia del coronavirus sea real. Los representantes italianos de este último grupo se hacen llamar chalecos naranjas y se manifiestas al grito de “libertad” y “dignidad” para alertar de que la enfermedad es un invento para someter a los pueblos y establecer un nuevo orden mundial. Un discurso tan ridículo como populista que puede acabar siendo peligroso como el virus que niegan. FOTO: los chalecos naranjas, en roma | efe