El programa oculto de la Marea ve la luz

QUIÉN le iba a decir a Tierno Galván que acabaría siendo una musa –en sus tiempos aún no estaba de moda el lenguaje inclusivo, así que nada de muso– de la Marea, nasía pa’ganá. Él fue quien parió la doctrina de que “las promesas electorales están para no cumplirse” y la xente do común la sigue con determinación absoluta. Los mareantes no han sido fieles ni a uno solo de sus compromisos, pero, en cambio, están decididos a hacer realidad un objetivo que ocultaron durante la campaña: que en el futuro haya un ganador del Tour nacido en A Coruña. Se han empeñado en que la ciudad tenga más kilómetros de carril bici que de calles peatonales y van camino de conseguirlo. Además, refrendan su ilusión con hechos, pues en el súper reto que se ha montado el Gobierno local en forma de gran premio de la movilidad, el vencedor ha sido el concejal Daniel Díaz Grandío, que recorrió la distancia entre María Pita y la Casa del Agua dándole a los pedales –eso sí, con la ayuda de un motorcito eléctrico, que las cuestas son las cuestas y él no tiene cuerpo de escalador–. Por cierto, el último fue Xulio Ferreiro, el Varoufakis de A Gaiteira, que participaba como usuario del autobús urbano. A lo mejor aún acaba de conductor del coche escoba en ese futuro Tour cuyo campeón hable en koruño.

El programa oculto de la Marea ve la luz

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