La promoción mareante de las tapas del concurso Picadillo

LA pseudopeletera Silvia Cameán, musa del sector pijo de la Marea, nasía pa’ganá, gana enteros para ser beatificada –beatificación laica, por supuesto–por el resto de las corrientes de la xente do común. Como mandan los cánones mareantes, su percepción del tiempo –y no precisamente el meteorológico– es ininteligible para una persona normal. Los alumnos de todas las etapas educativas se han incorporado ya a las aulas, pero la Concejalía de Justicia Social –¡vaya paradoja, que la partícula “in” no preceda a la palabra Justicia!– todavía no ha aprobado las listas definitivas de los beneficiarios de las becas comedor. Como no existen más que unas relaciones provisionales, ni los colegios pueden admitir a los estudiantes ni los padres pueden dejar a sus hijos a almorzar en el colegio. Cameán nunca se ha destacado por el buen tino y la diligencia en su trabajo en María Pita, pero a este paso o los alumnos coruñeses recorren los bares que participan en el concurso de tapas Picadillo o van morrer de fame.

La promoción mareante de las tapas del concurso Picadillo

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