La recuperación de las competencias penitenciarias

Al final aún va a tener razón Vox –¡qué miedo da hacer una afirmación así!”– cuando defiende la devolución al Estado de las competencias sobre las prisiones. La cárcel de Lledoners es un cachondeo. Unos presos se ponen en huelga de hambre cuando les da la gana, uno de esos famentos por voluntad propia sale a ver a su hijo cuando le peta, Ada Colau quiere montar un debate electoral en las celdas si al final Form es candidato a la Alcaldía de Barcelona... O sea, allí todo va de pailanada en pailanada. En cambio, en Soto del Real, ciudad de vacaciones, hay una seriedad total. Luis Bárcenas se ha hecho íntimo amigo de Luis Fernando Vutegg, un argentino yerno del exalcade de Caracas y que está preso por lavado de dinero. Queda claro, pues, que en los penales donde manda el Estado las relaciones son serias. ¡Qué menos! Luis, sé fuerte.

La recuperación de las competencias penitenciarias

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