La relación de Dios y la tecnología

Está claro que hay que modernizarse o morir. Sin embargo, hay determinadas instituciones que son muy reacias a todo aquello que tenga que ver con la modernidad. Una de ellas es la Iglesia. Todavía hay fieles capaces de recorrer una cantidad nada despreciable de kilómetros para poder participar en una eucaristía en latín y con el oficiante de espaldas al público. Del mismo modo, son muchos los que se niegan a depositar su limosna en esos candeleros cibernéticos en los que en lugar de prender una vela se enciende una minúscula lamparilla. Es como si por la mediación tecnológica sus plegarias no fueran a ser escuchadas. Sin embargo, deberían tomar nota de lo que hacen los anglicanos. Allí tienen claro que el dinero es el mismo, venga de donde venga y ya aceptan los donativos en misa a través de tarjeta o desde el móvil. Para ellos, la caridad también es una cosa de los tiempos modernos.

La relación de Dios y la tecnología

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