Rocío Fraga impone el estado policial en las zonas de copas

A Rocío Fraga, en cuya hoja de méritos se define como “activista feminista y de diversos movimientos sociales”, le gusta tanto tuitear por la noche como no hacer nada que tenga que ver con las responsabilidades de su puesto en el Gobierno municipal: concejala de Igualdad y Diversidad –¡vaya nombrecito!, ¿alguien se puede imaginar un departamento de Impuestos y Evasiones?, pues eso–. Sin embargo, en la reformita del equipo de gobierno que ideó Iago Martínez, el Rasputín de Tei, y ejecutó Xulio Ferreiro, el Varoufakis de A Gaiteira, le cayó la dirección de la Policía Local, que antes formaba parte de las ducias de competencias que eran monopolio del alcalde –si por cada una de ellas cobrase un sueldo, en dos días aparecía en la lista Forbes– y la concejala se lo ha tomado en serio. Tanto que ha lanzado una ofensiva contra los pubs –seguro que los de alguna zona se salvan– y el número de sanciones impuesto por los agentes se ha duplicado. Que tenga cuidado la concejala de Hacienda, Eugenia Vieito –otra que no siente el mínimo amor por el trabajo–, porque en dos días la insigne recaudadora Fraga le quita el puesto. FOTO: rocío fraga | aec

Rocío Fraga impone el estado policial en las zonas de copas

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