Un sillón con unos efectos más que desoladores

AHORA que están tan de moda los cursos de despatriarcalización machista y tan fuera de lugar las campañas de desratización –para felicidad absoluta de los roedores en ciudades como A Coruña–, habría que analizar la “des lo que sea” que es imprescindible aplicar al sillón del presidente del Parlament de Cataluña. Allí se sentó Nuria de Gispert, quien des-pidió a Inés Arrimadas y la envió a su Andalucía natal; también lo hizo Carme Forcadell, que se des-dice ante la juez de todo lo que hizo en la Cámara, y allí descansó sus posaderas Ernest Benach, que des-varía afirmando que la Guardia Civil es la culpable de la destrucción de sus coches en Barcelona, ya que los agentes los aparcaron mal a propósito para provocar a los pacíficos independentistas. ¡Que des-olador es oír semejantes tonterías!

Un sillón con unos efectos más que desoladores

Te puede interesar