Los suevos evitan el ridículo de Quim Torra

QUIM Torra se comporta como lo hacía Fernando Alonso cuando era piloto de coches de carreras. Coge pista y no hay quien lo pare. Incluso le da a los asuntos bélicos y está empeñado en que a los escolares les enseñen en los colegios que la acrópolis fue catalana durante ochenta años. Eran los tiempos de los almogávares, una pandilla de salvajes mercenarios al servicio de... la Corona de Aragón, a la que también estaba sometido el condado de Barcelona. O sea, que en todo caso la ciudadela ateniense era aragonesa. Menos mal que Barcelona pilla bastante lejos de Galicia, porque si no igual a los suevos, que llegaron a extender su imperio hasta el centro de la Península, les daba por expandirse hacia el Este y ahora Ana Pontón, el rostro humano del Beneguai, exigiría a la Xunta que a los alumnos de la Galiña Azul se les enseñase que Montjuic había sido durante años el monte gallego más importante con O Pindo y el de Santa Margarita. FOTO: torra dedica un gesto cariñoso a sus fans | aec