El sushi hundió al tragaldabas alemán

COMERSE cien raciones de sushi no es lo mismo que zampárselos de callos o de cochinillo asado, pero xa lle vai chegando. El triatleta alemán Jaroslav Bobrowski se enteró de que un restaurante situado a 70 kilómetros de Múnich ofrecía un buffet libre por 15,90 euros, se plantó allí y se metió entre pecho y espalda un centenar de platos del peixe al estilo japonés, que echó para abajo con un vaso de té. Cuando fue a pagar no aceptaron la propina y los dueños del local le han prohibido el acceso para siempre. Son formas de ver la vida. Seguro que en otro restaurante lo hubiesen invitado y hasta lo utilizarían como reclamo de la calidad de su comida.

El sushi hundió al tragaldabas alemán

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