La terrorífica herencia que dejó la Marea del Sar

La terrorífica herencia que dejó la Marea del Sar

MARTIÑO “2.0” Noriega se fijó un objetivo al asumir la Alcaldía de Santiago y mantuvo la fidelidad durante los cuatro años de mandato. Se propuso transformar la ciudad en una recreación gigante del paisaje lunar y lo logró. Llenó las calles de fochancas, con lo que dejó clara su capacidad de destrucción y provocó el regocijo de los traumatólogos y mecánicos –se llegaron a plantear afiliarse en masa a la Marea del Sar– pues los peatones mancados y los coches averiados formaban colas larguísimas en sus negocios. En cambio, fracasó rotundamente en otros proyectos urbanísticos, como la peatonalización de Castrón Douro. La obra empezó hace más de un año, no se sabe cuándo acabará y faltan 900.000 euros... El asunto no cheira nada bien. El regidor actual, Pepe Sánchez Bugallo, ha sido rotundo: “¡Lo primero es salir de este lío!”.

La terrorífica herencia que dejó la Marea del Sar

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