Los trabajadores pueden quejarse de sus empresas

el Tribunal Constitucional ha declarado nulo el despido de un trabajador vasco al que habían echado de su puesto por presentar quejas sobre la empresa para la que trabajaba. La supuesta lealtad que se le debe a quien le firma a uno las nóminas y los posibles prejuicios que se le pueda causar con las críticas están por debajo de la libertad de expresión. Vía libre, por tanto, para protestar por las condiciones laborales inadecuadas que uno se encuentre sin temor a que le presenten por ello la carta de despido. Y qué alivio. Porque quitarle a un empleado la posibilidad de quejarse de sus jefes tiene que ser poco menos que tortura. La de úlceras que se iban a tener que tratar en los centros de salud...

Los trabajadores pueden quejarse de sus empresas

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