Dos treintañeros amantes del riesgo

CUANDO uno ronda los treinta años, por ejemplo, tiene 29 o 33, lo normal es que aún esté hecho un chaval, así que las tres de la mañana todavía puede andar de troula. Pero hay quienes con esas edades prefieren entretenerse con actividades arriesgadas. Es el caso de dos tipos a quienes se les dio por asaltar una cafetería de Vigo. Uno se quedó vigilando en la puerta y el otro entró. El primero vio a la Policía y salió huyendo, el segundo también quiso fugarse, pero tropezó con la persiana, que se le cayó encima atrapándolo. Tanto él como su compañero están detenidos. A ver si a los treinta uno ya está solo para sopitas y buen vino. FOTO: un agente, ante un furgón policial | aec

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