Desde ayer parece que el Deportivo ya es un candidato firme al ascenso. Y semejante cambio en los sentimientos de los aficionados tiene un nombre. Fernando Vázquez. El hombre al que Tino Fernández echó por la puerta de atrás se ha convertido en el catalizador de la ilusión de una afición que necesita algo, lo que sea, para creer en el milagro de la salvación. No lo va a tener fácil, eso es evidente, pero como los astros se alineen de la forma correcta y a la pelotita le dé por entrar en la portería contraria, por estos lares, vamos a tener entrenador de Castrofeito para décadas. FOTO: Fernando Vázquez, ayer en Abegondo | efe