Un recital sin público

PEP Guardiola, independentista catalán que en la intimidad familiar se hace llamar José, como si fuese un nacionalista español, y que impresiona por su aparato excretor, ya que, al parecer, orina colonia, anda metido en líos con el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, zevillano de Zevilla, sobre si el movimiento independentista es violento o no. Mientras, el fugado Puigdemont canta una canción de paz a dos diputados postcomunistas alemanes que fueron a visitarle a la cárcel. Sin duda, mucho más emotiva la escena protagonizada por el expresident que la disputa dialéctica del entrenador del Manchester City. Pero como no todo es idílico para quien está encarcelado, Artur Mas le da un palo como el podría darle un turco en el patio de la trena y descarta investir al prófugo por las consecuencias que podría tener, ya que propiciaría que se abriesen procesos penales contra más personas. ¡Qué se le va a hacer! Tendrá que apechugar y seguir entonando temas de paz con los barrotes como público.

Un recital sin público

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