Una visita peligrosa

UNO va a Suiza a achantar pasta, a comprar queso, a buscar una vaca morada, a tratar de conseguir chollo –si es gallego– y regresar en el verano con un coche en cuya parte trasera luzca una pegatina con las letras “CH”. En la aldea se crea revuelo y todos se preguntan qué marca de automóviles es esa. Pero ahora hay también quien se va a ese montañoso país a continuar la lucha proletaria... Pues sí, a eso ha ido Anna Gabriel. ¿O tal vez haya ido a poner a prueba su condición de influencer? Porque ella, que fue capaz de instaurar en Cataluña la moda de cortarse el pelo al estilo de las nekanes, lo primero que hizo al llegar a Suiza fue cambiar su hair style. ¡Y menudo cambio! Melena suelta, sin flequillo... Hasta puede pasar por una niña pija. Y lo más divertido es que se lo cree, porque se define como “una exiliada de lujo”. Pero añora el aire del Mediterráneo y prepara una visita a Valencia para asistir a un acto independentista. La Policía está lista para echarle el guante si viaja a los Países Catalanes, pues es una prófuga de la justicia, pero a ver quién la reconoce con su nueva imagen.

Una visita peligrosa

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