Unas ovejas que no sabían nadar

PACO Roig, presidente del Valencia en los tiempos del penalti de Djukic, tenía una gigantesca granja de pollos que quedó arrasada al reventar la presa de Tous. Las autoridades sanitarias prohibieron que las aves llagasen a la cadena alimentaria, el empresario se las vendió al Gobierno de Guinea y pegó un millonario pelotazo. En Navarra ha ocurrido algo parecido. Un rebaño de quinientas ovejas pastaba a orillas del río Aragón; una crecida provocada por las lluvias y el deshielo del Pirineo se las llevó por delante. Solo se salvaron cincuenta que alcanzaron un islote. Habrá que estar atentos para ver dónde se convierten las chuletillas en el menú diario.

 

Unas ovejas que no sabían nadar

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