Una valiente a la que se le puede caer el pelo

MARÍA Pita, bruta como ella sola, pasó a la historia como una valiente; Agustina de Aragón, más o menos lo mismo; Ana Varela... quizá se haga un hueco en la historia de Lugo, pues se ha atrevido a tapiar la puerta y las ventanas de la casa que heredó de sus padres. No teme que se escapen los fantasmas que pueda haber en su interior, sino que los okupas se instalen en ella. Dos veces ha tenido que desalojar ya a tan inocentes angelitos, impulsores de la cultura y escrupulosos valedores del derecho a la propiedad, pues vieron el inmueble vació y allí se metieron, seguro que evitar robos... ¡A lo que se expone Ana Varela por coartar la libertad de los antisistema! Si aún hubiese colocado un somier, sería otra cosa, pero levantar una pared de ladrillo...

Una valiente a la que se le puede caer el pelo

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