Una veleta con forma humana, al frente de la siempre inocente DGT

Una veleta con forma humana, al frente de la siempre inocente DGT

EL director general de Tráfico, Gregorio Serrano, casi casi un clon de su jefe, Juan Ignacio Zoido, es un poco veleta –ojalá esa capacidad pseudometeorológica la sirviese para predecir la intensidad de las nevadas– arremetió inicialmente contra los conductores que habían quedado atrapados en la AP-6. Suya, única y exclusivamente, era la culpa de haber provocado el colapso circulatorio. Le llovieron palos de todas partes y aprovechó para rolar; pidió disculpas por los fallos que se hayan podido cometer y señaló a la empresa concesionaria de la autopista como responsable de la grave situación que sufrieron miles de personas. Eso sí, ni se le pasó por la cabeza conjugar el verbo dimitir. El ministro del Interior está encantado de tener un pararrayos así; cuando haya tormenta, lo saca a la ventana y asunto arreglado. FOTO: gregorio serrano | aec

Una veleta con forma humana, al frente de la siempre inocente DGT

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