Un voceiro al que ya no le gusta ser sinceiro

SI a Manolo Lago le hubiese dado por el fútbol en vez de por la política, el famoso gol de Maradona en el que empieza a correr en el centro del campo, regatea a un feixe de contrarios, llega al área y bate al portero rival se podría haber visto tantas veces como su entrenador le hubiera dicho “Manolo, demuéstrales a todos quién eres”. ¡Qué habilidad, desde hace años y años siempre está bien colocado! Hace unas semanas le cayó el momio de ser el voceiro provisional de En Marea, originariamente un espacio multicultural hispano-galaico y ahora sabe Dios qué, y está impartiendo cátedra. En su última lección magistral ha asegurado que el exjuez y virtuoso de la gaita y la zanfoña Luís Villares es el culpable del estoupido del partido instrumental. O Lago cree que este es un país de miñaxoias que se lo tragan todo como hacen los asistentes a una fiesta gastronómica, o ya se ha metido tan a fondo en el papel de voceiro que es incapaz de ser sincero. Él sabrá; los demás simplemente podemos intuir. FOTO: antón sánchez y manolo lago | aec

Un voceiro al que ya no le gusta ser sinceiro

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