¡Vaya palo, señores!

Después del tremendo palo que Rajoy le ha pegado a todos los pensionistas no queda otro remedio que aclarar las duras medidas que la OCDE aplicará a este triste país que es España, no sin antes lamentar la desesperada medida que tuvo que aplicar Aznar, al nombrar como heredero y sucesor al depauperado y depauperante Rajoy, ante la doble negativa de Rodrigo Rato a ocupar el puesto del delfín. El Gobierno de Rajoy empezando por él mismo, es un gobierno de PNN que no saben por dónde se andan y que, en conjunto, son un equipo de lacayos de Bruselas.

He aquí las tremendas medidas: 1) Subir el IVA de servicios como el turismo y el transporte, y de los libros. 2) Reducir más la indemnización por despido improcedente. 3) Reducir las deducciones del IRPF en particular las aportaciones a planes de pensiones. 4) Eliminar las ventajas a la jubilación parcial por su alto coste. 5) Nuevas reducciones de las deducciones fiscales para las hipotecas. 6) Un impuesto medioambiental que incluya mayores impuestos a los combustibles. 7) Endurecer los requisitos para cobrar las prestaciones por desempleo. 8) Reducir los costes y los procedimientos para crear empresas. 9) Extender el cómputo de la pensión a toda la vida laboral y prolongar el plazo para lograr la pensión máxima. 10) Ahorrar en el gasto futuro en pensiones mediante la reforma de las de viudedad. 11) Atribuir a la administración central la imposición sobre transacciones inmobiliarias. 12) Reducir las cotizaciones sociales a cargo de las empresas. En estas medidas, se les ha olvidado la número 13: facilitar un revólver a cada español necesitado para que pueda suicidarse.

La OCDE ya publicó un informe en el que recorta las previsiones de crecimiento para 2013 del 2,20% al 1,40% en Europa y augura una tasa de paro para España del 27%. A corto plazo existe un riesgo sustancial de que la financiación externa y de manera notable la de los bancos permanezca interrumpida. Esto provocaría una profundización de la recepción. Llegados a este punto, sólo cabe un grito: Gobierno ¡dimisión!

¡Vaya palo, señores!

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